CUENTA LA LEYENDA que en el gran templo de Benarés, debajo de la
cúpula que marca el centro del mundo, yace una base de bronce, en donde se encuentran
acomodadas tres agujas de diamante, cada una del grueso del cuerpo de una abeja y de
una altura de 50 cm. aproximadamente. En una de estas agujas Brahama, en el momento de
la Creación, colocó sesenta y cuatro discos de oro -el mayor sobre la base de bronce, y
el resto de menor tamaño conforme se va ascendiendo-. Día y noche, incesantemente,
los sacerdotes del templo se turnan en el trabajo de mover los discos de una aguja
a otra de acuerdo con las leyes impuestas e inmutables de Vishnu, que requieren que
siempre haya algún sacerdote trabajando, que no muevan más de un disco a la vez y que
deben colocar cada disco en alguna de las agujas de modo que no cubra a un disco de radio
menor. Así Shiva profirió “cuando los sesenta y cuatro discos hayan sido transferidos de
la aguja en la que Brahama los colocó, hacia otra aguja, el templo y los brahmanes se
convertirán en polvo y, junto con ellos, el mundo desaparecerá”.
¿Tendrá razón Shiva al decir estas palabras?
Las Torres de Hanói es un rompecabezas o juego matemático inventado en 1883 por el
matemático francés Édouard Lucas. El juego consiste (como lo menciona la leyenda)
en pasar todos los discos de la varilla ocupada (es decir, la que posee la torre)
a una de las otras varillas vacías. Para realizar este objetivo, es necesario seguir
tres simples reglas:
Sólo se puede mover un disco cada vez.
Un disco de mayor tamaño no puede descansar sobre uno más pequeño que él mismo.
Sólo puedes desplazar el disco que se encuentre arriba en cada varilla.
Coordinador: Carlos Dominguez Albino